El gadget que os vamos a presentar a continuación tiene un uso muy particular, pero a más de una persona le puede salvar de un problema en un momento dado. Se trata del Personal Drink ID (más conocido como pd.id), un detector de drogas en las bebidas que actualmente no se comercia, pero que busca financiación para ello a través de Indiegogo. Aunque pueda sonar a leyenda urbana, lo cierto es que hay ocasiones en las que maltratadores o violadores se aprovechan de sus víctimas drogándolas a través de la bebida, y precisamente esa es la función de este pequeño aparato: detectar la presencia de este tipo de sustancias. A gr and es rasgos, su funcionamiento es similar al de los detectores antidroga de los cuerpos de seguridad, pero a escala doméstica. De hecho, no en vano el creador del aparato, J. David Wilson, asegura que utiliza la misma tecnología que los dispositivos de la Agencia Antidroga de los Estados Unidos. Ahí es nada.
Este pequeño dispositivo es capaz de analizar la densidad, resistencia y temperatura de la bebida y avisar enseguida en caso de detectar cualquier detalle extraño, momento en el cual se encendería un LED de color rojo.
En la actualidad Personal Drink ID lleva recaudados más de 5.000 dolares a través del crowdfunding, pero necesita aún llegar a los 100.000 para cubrir los objetivos de producción que se han marcado. Si se consigue cerrar con éxito la ronda de financiación, el equipo de desarrollo asegura que en abril de 2015 el aparato podrá estar disponible para su venta, a un precio más o menos asequible: 75 dólares (0 100 dolares si lo quieres en un color personalizado distinto al blanco del modelo estándar). Consider and o los beneficios que puede tener en una situación peliaguda, no se trata de un precio excesivo, ni mucho menos.
Este aparato además no deja de ser un complemento perfecto para todo aquel aprendiz de James Bond o de Sherlock Holmes que quiera completar su arsenal de tecno-gadgets para investigar la presencia de sustancias prohibidas tanto en bebidas propias como ajenas. Ya sea en una copa de Martini «agitado, pero no mezclado», o de cualquier otra bebida.
